La falacia se apodera de Bucky Barnes

Bucky Barnes fue el compañero inseparable de Steve Rogers(Capitán América). En la historia original del centinela de la libertad éste no es el único que cae al mar y queda congelado en animación suspendida. Bucky también cae al mar, pero él es recuperado por los soviéticos. Estos le lavan el cerebro y convierten a Barnes en una auténtica máquina de matar, un asesino y terrorista implacable al cual además le han implantado un brazo artificial, el cual le otorga ciertas capacidades especiales.

A este alter ego de Bucky Barnes se le conoce con el nombre de Soldado de Invierno. Con el paso del tiempo, como sabemos, el Capitán América es rescatado del hielo y sacado de la animación suspendida convirtiéndose en un hombre fuera de su tiempo. El Capitán comienza sus andanzas en esta nueva época y al final su camino acaba cruzándose con el del Soldado de Invierno. Con no poco esfuerzo el Capi consigue que Barnes supere el lavado de cerebro y vuelva a ser el mismo. Lamentablemente los inseparables amigos no tendrían oportunidad de recuperar el tiempo perdido. Steve Rogers, el Capitán América, moría poco después a manos de un francotirador cuando se disponía a ser juzgado por su oposición al acta de registro superhumano. Una ley promulgada por el gobierno de EEUU para controlar a todos los superhéroes y hacer que trabajen bajo su mando.

El asesinato de Rogers resulta ser un duro golpe para Barnes. Éste no quiere revelar su presencia, y a que no todo el mundo sabe que ha cambiado de bando. Pero al mismo tiempo tampoco quiere perderse el funeral de su amigo, así que acude a un bar para al menos poder ver la retransmisión del mismo. En el bar no todo el mundo está a favor del Capitán América, la tensión se siente en el aire, hasta que alguien no aguanta más y habla en contra de Steve Rogers:

Cliente del bar: lo único trágico que yo veo aquí es que lo entierren en Arlington. Arlington es para héroes no para traidores.

Bucky rompre una copa la cerrar la mano con fuerza.

Camarero a Bucky: eh, amigo... ¿está bien?

Bucky: repítelo.

Cliente del bar: ¿qué? lo repetiría el día entero, capullo...

El capi traicionó a su gente, luchó contra la voluntad del pueblo americano... Deshonró el uniforme que llevaba.

Pensamientos de Bucky: Sé lo que Steve haría aquí. Hablaría. Le diría que el que la mayoría de la gente crea una cosa no significa que tenga razón. Les recordaría a todos que una vez la mayoría del pueblo estadounidense también apoyó la esclavitud. Pero yo no soy Steve.

Y en ese momento y sin mediar palabra, Bucky la emprende a golpes con el individuo que ha criticado a su amigo. Lo que aquí estamos viendo es una versión llevada al extremo del recurso a la fuerza, que no es más que una falacia. Normalmente quien la usa no acude directamente a la agresión suele ser algo más sutil, como por ejemplo, ¿a qué no me dices eso en la calle? O como se ve en algunas películas es suficiente con enseñar sin ostentación que se está en posesión de un arma.

Así pues, el ejemplo no es perfecto. Barnes va directamente más allá de la posible disuasión con una amenaza. No obstante, el ejemplo tiene algo importante. Si nos fijamos, no es que Barnes no tenga argumentos, que los tiene, como bien repasa él mentalmente. Pero se ve seducido por lo que le piden sus sentimientos hacia Steve, se ve seducido por la rapidez e inmediatez con la que puede resolver el conflicto ya que se sabe vencedor de la pelea, pues los borrachos del bar no son rivales para él. Esto nos sirve para recordarnos que no estamos libres de caer y cometer falacias lógicas, por muy racionales que nos creamos no estamos exentos de caer en falacias alejándonos así de la postura racional que conlleva el filosofar.

No debería hacer falta señalar que el apelar a la fuerza como argumento disuasorio en un debate no hace que uno tenga razón, y en caso de tenerla esa actitud tampoco va a convencer a tu oponente dialéctico. El disponer o poder disponer de una posición de fuerza respecto a los demás y usarla como arma disuasoria no hace que nuestra postura, sea más justa, más correcta o más racional.

Si queremos tener una actitud crítica hacia el mundo que nos rodea con la intención de saber cómo es y qué pasa en él, lo que a fin de cuentas no es más que ser un poco Sócrates, es decir, un poco filósofos, tenemos que estar alerta para detectar este tipo de falacias. El ejemplo parece muy burdo, pero ilustra muy bien lo que sucede en la vida real, la única diferencia es que el argumento suele ser más sutil. Este tipo de falacia, triste y lamentablemente, es habitual entre los políticos. Hace poco hemos tenido un ejemplo de ello. Recientemente hemos visto como el gobierno de Argentina ha decidido nacionalizar parte de una empresa española. Automáticamente el ministro español de Industria salía en la televisión usando exactamente esta falacia, es decir, en su declaración no había argumento alguno, simplemente había una amenaza con tomar represalias. Como ciudadano esto fue realmente decepcionante, ¿donde estaba la argumentación que mostraba que el gobierno de España tiene la razón? El haber recurrido a esa falacia sin más, hace que a uno se le disparen las alarmas, puede que el ministro tuviera y tenga razón, pero al actuar así, ni lo demostró, ni hizo que su posición pareciera más justa, más correcta o más justificada.

El ejemplo de Bucky Barnes deja una cosa muy clara. Cuando nos critican o atacan aquello con lo que tenemos lazos emocionales somos presa fácil de la irracionalidad. Deberíamos tener esto presente, no importa lo preparado o entrenados que estemos, el peligro de volvernos irracionales siempre está ahí, a veces es difícil aguantar, pero si lo conseguimos obtendremos mayor satisfacción, pues no habremos vencido sino convencido que es una victoria muchísimo mayor.

Para pensar más:
-Capitán América nº27, año 4, enero 2008
-How to become a really good pain in the ass
-Marvel encyclopedia