¡Cumplimos un año!

Un año, el blog cumple un año, sin comerlo ni beberlo ya ha pasado todo un año. No sé para vosotros, pero para mí ha sido muy gratificante, he disfrutado mucho escribiendo las entradas del blog.

El blog es joven y creo que todavía le queda mucho por crecer, de hecho, el inicio de este año 2013 está siendo bastante bueno, el blog ha batido, de forma consecutiva, el record de visitas mensuales en los dos primeros meses del año, va a ser difícil continuar con esta tendencia, pero se hará lo que se pueda.

Hace un año, en la primera entrada del blog, citaba las palabras de tía May. Hoy vuelvo a traerlas:

Todo el mundo quiere a un héroe. Hacen cola para verlos. Los aclaman. Gritan sus nombres. Y años después contarán cómo estuvieron horas bajo la lluvia sólo para poder ver a aquel que les enseñó a aguantar un segundo más. Creo que todos llevamos un héroe dentro que nos hace ser sinceros, que nos da fuerza, que nos ennoblece y que, finalmente, nos permite morir con orgullo.

En la breve existencia del blog creo que ha quedado demostrado que tía May tiene algo de razón, al menos, muchas de las cualidades que ella enumera han visitado este blog de la mano de unos superhéroes u otros. Y es que los superhéroes son héroes, no por sus poderes, sino por las decisiones que toman. El superhéroe es un personaje molesto, es un incómodo espejo en el que mirarse. Los superhéroes de los cómics casi siempre acaban haciendo lo correcto, no importa lo difícil de la decisión, casi siempre parecen acertar. También hemos visto como los superhéroes suelen poseer un pensamiento racional, pensamiento que son capaces de usar incluso en las circunstancias más adversas, ese pensamiento racional es el que les sirve para tomar la decisión correcta. Esto nos muestra algo importante, en principio cualquiera puede ser un héroe, ya que serlo, no depende de tener poderes. Puede que no abunden los héroes, pero los hay, en este artículo podemos ver algunos héroes reales. Así pues, parece que los héroes sí existen, a pesar de lo que diga el Mandarín en el trailer de Ironman3, pero ya hablaremos de esto en una futura entrada.

Los superhéroes son un ejemplo paradigmático de nuestras sociedades, por un lado nuestra sociedad se basa en el individualismo, no ha sido fácil conseguir las libertades individuales que ahora disfrutamos, pero al mismo tiempo, nuestras sociedades necesitan hacer compatible ese individualismo con las exigencias de la vida en común. Por eso los superhéroes son la representación extrema de esas dos facetas, por un lado son completamente individualistas y al mismo tiempo su máxima preocupación es que el conjunto de la sociedad pueda vivir bien, se preocupan por la vida en común. También hablaremos de esto mas adelante, cuando consiga hacerme con un librito de Victoria Camps.

Lo superhéroes del cómic son nuestros “mitos” del siglo XXI, entrecomillo mitos, porque obviamente nadie cree que dichos personajes existan. Su verdadera fuerza reside en que nos ponen ante situaciones límite que nos permiten reflexionar sobre lo que somos, quienes somos, quienes queremos ser, en que consiste la ética, etc. Nos acercan tanto al egoísmo como al altruismo como veremos próximamente.

Espero que el blog esté sirviendo para que la próxima vez que leáis un cómic de superhéroes o veáis una película de los mismos, no solo paséis un buen rato, sino que al mismo tiempo que disfrutamos con ojos de niño de esas aventuras, seamos capaces de verlas o leerlas con los ojos del filósofo. En definitiva, que seamos capaces no de ver lo que dicen esas historias sino lo que nos quieren decir, que podamos recurrir a otros pensadores para adentrarnos más en esas cuestiones, pero sobre todo y más importante, que seamos nosotros mismos los que pensemos dichas cuestiones, pero no pensarlas de cualquier manera sino con un pensamiento racional, que a fin de cuentas es lo mejor que podemos hacer.

Antes de dejaros con un homenaje dedicado, a estos “mitos griegos” del siglo XXI, que son los superhéroes, solo me resta invitaros a que sigáis leyendo y comentando el blog. ¿Preparados para el segundo asalto del Superpoder de la filosofía?