martes, 30 de octubre de 2012

Dios, Daredevil y el problema del mal


Como ya he comentado en alguna ocasión el mundo de los superhéroes suele ser un mundo bastante laico. En raras ocasiones los superhéroes manifiestan tener creencias religiosas, una de las excepciones a la regla (y no, una excepción nunca puede confirmar una regla) es el diablo de la cocina del infierno, Daredevil.

En las historias de Daredevil no es difícil encontrar que Matt (qué es quien se esconde tras el disfraz de Daredevil) haga reflexiones sobre la religión y sobre Dios. En principio se supone que Matt es católico, aunque la verdad es que nunca queda claro si realmente cree, o más bien es un escéptico, no es extraño encontrar a Matt dudando de la existencia de Dios. En concreto en Guardian Devil(1)podemos ver como el diablo de la cocina del infierno reflexiona como sigue:



Cada noche, haces que se represente ante mí una obra inmoral. Me muestras la disparidad entre la magnificencia del hombre y sus acciones; eones de evolución, y aún estamos buscando esquinas oscuras para satisfacer nuestros impulsos más bajos. ¡Qué decepcionante debe resultar, para ti, vernos en la peor de nuestras caras! Si es que en realidad existes.
Daredevil: Guardian Devil



Sobre lo que está reflexionando Daredevil es, ni más ni menos, que el problema del mal. La concepción que se tiene de Dios dentro del cristianismo y por lo tanto dentro del catolicismo, es que Dios, entre otras cosas,  es omnipotente, omnisciente y absolutamente bueno. Pero si Dios es absolutamente bueno y omnipotente ¿cómo es que existe el mal en el mundo? Cuando Daredevil ve ante sus ojos cómo se despliega el mal, no es de extrañar que acabe dudando de la existencia de Dios. El problema del mal no es algo nuevo, ya Epicuro señaló como la existencia del mal pone en duda la concepción que tenemos de Dios:


Si Dios está dispuesto a prevenir el mal, pero no puede, entonces él no es omnipotente. Si puede, pero no está dispuesto, entonces él es malévolo. Si puede y está dispuesto, ¿de donde viene el mal? Si no puede ni está dispuesto entonces ¿porqué llamarle Dios?




Otra opción, claro está, es concluir que Dios no existe. ¿Hay alguna manera de solucionar este problema? San Agustín se enfrentó a esta cuestión(2), para él la solución al problema radica en que tenemos libre albedrío, es decir, tenemos la capacidad de elegir que hacer. Por ejemplo, ahora mismo puedes elegir si seguir leyendo o dejar de hacerlo. Así pues, según San Agustín Dios nos creo con libre albedrío, por lo tanto el mal en el mundo existe porque determinadas personas deciden hacer le mal y no el bien. Agustín argumentaba que el mundo era mejor con libre albedrío que sin él. Pero aquí se está reduciendo a dos únicas opciones lo que en realidad podría ser un amplio abanico de las mismas. ¿Por qué sólo hay que elegir entre libre albedrío y ausencia del mismo? Bien pudiera ser que el libre albedrío no sea cuestión de blanco o negro, sino que pudiera darse en toda una escala de grises. Por ejemplo, podríamos tener libre albedrío en todo menos para tomar decisiones que generen mal en el mundo.

Hasta ahora hemos dado por supuesto que tenemos libre albedrío, pero ¿y si no es así? Todos tenemos la sensación subjetiva de que tenemos libertad de elección, pero también sabemos que en multitud de ocasiones nuestras percepciones subjetivas han estado completamente equivocadas, ¿no deberíamos examinar si tenemos libertad antes de usarla para explicar algo? 

Estamos hechos de materia, y la materia, como todo lo que existe en el universo, sigue las leyes que rigen el mismo, leyes, que vamos conociendo gracias a la ciencia. Estas leyes parecen ser deterministas. Por lo tanto si el comportamiento de la materia está determinado por dichas leyes, si esto es así, nuestros pensamientos ¿no estarán también determinados? Recordemos, que nuestros pensamientos, en última instancia no son más que iones de sodio y potasio corriendo por el cerebro, entonces, nuestros pensamientos deberían estar determinados. En el siglo XX irrumpió un nuevo modelo de la física para explicar el comportamiento de las partículas subatómicas. Estas leyes parecen no ser deterministas por lo que algunos argumentan que ahí está abierta la puerta para nuestra libertad. No obstante, el tema no está tan claro. Cierto es que si hacemos chocar dos partículas no podemos predecir donde van a acabar cada una de ellas como si de bolas de billar se trataran, a lo sumo lo que podemos predecir es que, por ejemplo, el 70% de las veces van a acabar en la configuración A y el 30% en la configuración B, ¿pero no es esto otra forma de determinismo? No importa las veces que hagamos el experimento, el 70% de las veces se acaba en la configuración A y el 30% restante en B. Bien puede ser que esté completamente equivocado y la mecánica cuántica sea completamente aleatoria, aun así, esto no soluciona el problema, la libertad no puede derivarse de algo que es completamente aleatorio. La libertad de elección no puede surgir de la aleatoriedad, nadie piensa que arrojar una moneda para tomar una decisión sea equivalente a tomar la decisión por uno mismo. Por lo tanto, la liberta, si existe, tiene que estar en algún punto entre esos dos extremos, lo aleatorio y lo determinado(3).

Más allá de estas reflexiones podemos acudir a la ciencia para ver que tiene que decir al respecto. ¿Qué nos pueden decir las neurociencias sobre nuestra libertad? La cuestión no está cerrada, pero hay algunos experimentos que como poco arrojan serias dudas sobre que tengamos libertad elección(4).

Los problemas de la existencia del libre albedrío no acaban aquí. Enfoquémoslo desde el punto de vista de la teología. Se supone que Dios es omnisciente, es decir, que lo sabe todo, esto es, que sabe todo lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que pasará. Pero si Dios sabe lo que va a pasar, ¿cómo es posible que tengamos libre albedrío? A esta cuestión  se enfrentó, hace ya siglos, Boecio(2),(5). El problema no es menor, si Dios lo sabe todo, entonces, sabe si yo voy a continuar escribiendo o no, ¿donde queda pues mi libertad? No puedo elegir, si Dios sabe que voy a dejar de escribir, entonces tendré que dejar de hacerlo, de otra forma, Dios estaría equivocado, y si se está equivocado no se puede ser perfecto y por supuesto no se puede ser omnisciente, ni tampoco puede ser todopoderoso ya que al estar equivocado hay algo que no puede hacer, que es no equivocarse, entonces ¿cual es la diferencia entre un Dios que no es perfecto, no es omnisciente, no es todopoderoso y uno que no existe? Nuestro libre albedrío y la omnisciencia de Dios no se llevan nada bien. Boecio intento solucionar el problema argumentando que Dios es atemporal, está fuera del tiempo, lo que para nosotros es pasado, presente y futuro, para Dios no es más que un único instante, honestamente no veo como esto puede cambiar algo. Que lo que nosotros experimentamos como pasado, presente y futuro, para Dios sea un único instante, no cambia nada, pues Dios debería saber lo que sucede en ese instante y por lo tanto seguimos sin poder tomar una decisión que vaya en contra de lo que Dios sabe que sucede en lo que para él es un instante, por lo tanto, seguiremos sin tener libertad de elección. Por otro lado, esto de que Dios esté fuera del tiempo (algunos añadirán que también está fuera del espacio), no hace sino añadir más dudas y problemas. Existir no es más que ocupar unas determinas coordenas espacio temporales, esto es, ocupar una extensión espacial y temporal, si Dios está fuera del tiempo ¿qué significa decir que Dios existe? ¿No estamos cayendo en un sin sentido? Además, no son estos los únicos problemas que surgen entre el libre albedrío y Dios. Por ejemplo, si no tenemos libre albedrío, entonces, el juicio final no tiene ningún sentido, si no tenemos libertad de elegir hacer el mal ¿se nos puede considerar culpables de lo actos malvados que llevemos acabo? Por otro lado, si sí tenemos libre albedrío, en el momento en el que Dios vaya a juzgarnos ¿hasta que punto no se estaría juzgando así mismo? 

No obstante, supongamos que el bueno de San Agustín estaba en lo cierto, tenemos libre albedrío y el mundo es mejor con libre albedrío que sin él. ¿Solucionamos así el problema del mal? La respuesta es no. Además de las acciones humanas existe otra fuente de sufrimiento y mal en el mundo, el mal natural. Pensemos, por ejemplo, en terremotos, desastres naturales, virus, enfermedades de todo tipo, etc. Aquí la argumentación del libre albedrío no sirve para nada, no creo que alguien vaya argumentar, que el mal y el sufrimiento provocado por los terremotos, sea por que existe el libre albedrío de las placas tectónicas. Aquí no parece que haya excusa alguna, ¿por qué Dios no nos creo inmunes a las enfermedades? O ¿por qué no creo un mundo donde no existieran los desastres naturales? ¿Porque no puede? ¿Porque no sabe? ¿Porque no quiere? ¿Una mezcla de todo esto a la vez? O quizá, simple y llanamente, Dios no existe.

Si somos pensadores críticos, el hecho de ver a nuestro alrededor el mal y el sufrimiento que impregnan el mundo, debe hacernos dudar, junto con Daredevil, de la existencia del todopoderoso.



Para pensar más:
(1)- Guardian Devil
(2)- A little history of philosophy
(3)- Freedom evolves
(4)- El fantasma de la libertad
(5)- La consolación de la filosofía

4 comentarios:

  1. El cuento de que Dios es en alguna manera responsable del destino humano, es un invento de las religiones monoteistas. En el politeismo esto no es asi. No solo no son los Dioses responsables del destino de los hombres sino que incluso pueden ser la causa de su perdicion. En el politeismo era tarea del hombre mismo, el descubrir su propia divinidad. Pero no a traves de su intelecto, sino a traves de su existencia fisica. Quizas esta existencia terrenal no sea mas que ese proceso, donde hay quienes son concientes de ello y trabajan activamente para acelerarlo y otros que sin darse cuenta son arrastrados a traves del mismo. , quizas, alli se resuma toda la historia del libre albedrio, en ser conciete de este hecho o no.

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  2. Este comentario que hago va referido a que Dios sabe el pasado,presente y futuro. En ocasiones me preguntaba si dios lo sabe todo, entonces por que no utiliza su poder y hace el presente en fin del mundo, ya habiendo divido las personas en salvas y no salvas.la respuesta es simple "El Es Un Dios De Orden"

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  3. Últimamente me encuentro en la situación de Daredevi, pues estoy en la disputa de creer o no en dios, pues bien, mis argumentos son iguales a los mencionados en este blog, no puedo comprender como una persona todopoderosa, que posee todos los dones existente y necesarios para sanar el mundo, no lo hace, pues me es imposible pensar como alguien teniendo la solución en sus manos sea capaz de presenciar una muerte y no hacer nada. Pues siendo así, las religiones se están valiendo muy mal de dios, inculcando nos mandamientos y reglamentos escritos por el, cuando es EL, la primer persona en incumplirlos; tal ves no con su poder, pero si otorgándole las armas suficientes a una persona para que haga el mal. la religión muchas veces se contradice, pues cuando las cosas son buenas son una bendición de dios, pero cuando son malas son pruebas que el mismo pone en nuestro camino. Porque no somos capaces de considerar nuestros triunfos y decepciones como propias y no como cuestiones de dios y del destino?. Hoy me doy cuenta de todo a cuanto me negué por llevar una vida cristiana "en paz", de todo lo que perdí en mi vida por miedo a lo que me podría pasar después, no en esta vida, sino en la otra?, hubiese sido mejor valernos mas de la conciencia, que de dios; de la satisfacción, que de las iglesias; y de la esencia de la vida que de un futuro incierto.

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  4. El hombre en su naturaleza débil y frágil tiene algo divino que se llama voluntad la cual le permite ordenar el mundo de caos y probabilidades que lo rodea para mejorar o empeorar su vida y la de los demás, para hacer lo que el deseé, en mi opinión lo que básicamente predica Dios, es un sistema moral en el que exista una autocracia de amor y respeto basada en nuestra voluntad y convicción de que estamos haciendo lo correcto(fe) y que así conseguiremos ser felices o un cielo en la tierra, a pesar de que existan diversos tipos de males, inclusive los naturales. Aunque una persona sufriera una desgracia como la muerte de un ser amado por un terremoto, si este se sintiera apoyado y amado, podría muy seguramente volver a ser feliz.

    Bien decía Albert Einstein que la voluntad es la fuerza que mueve al mundo y que ese mundo es un lugar peligroso no por las personas que hacen cosas malas, sino por las buenas que permitan que sucedan esas cosas.

    Dios para mi no ve todo lo quepasará en el futuro, es un ser que ve todas las probabilidades que pueden ocurrir y nos guía para que usemos nuestra voluntad para el bien, de modo que así pese a las dificultades y vacíos que nuestra naturaleza lleva inherentemente logremos obras casi imposibles, allí está lo divino del hombre, su estado incompleto pero su poder de lograr hacer lo más difícil, el bien.

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